El mercado laboral español tienen infinidad de debilidades que suponen graves amenazas para la competitividad de nuestro país.
España es uno de los más avanzados en cuanto a materia de infraestructuras que mejora la estabilidad institucional y necesita abordar «reformas estructurales» y más colaboración público-privada para activar su crecimiento.
Así el World Competitiveness Ranking, un índice sobre la competitividad internacional elaborado por IMD, la escuela de negocios, sitúa a España en el puesto 34 de 63 de una clasificación que recoge a los países con mayor competitividad del mundo, correspondiendo este puesto a la misma posición que ocupó nuestro país en el mes anterior. Honk Kong, Suiza, Singapur y Estados Unidos.
Uno de los mejores puestos de España en este ránking hace referencia a la eficiencia del sector público, con el puesto 38 de los 63 países, pero ha subido nueve puestos con respecto a la edición anterior. El menor riesgo de inestabilidad política tras configurarse el Gobierno la estabilidad del tipo de cambio y el diferencial de tipos de interés han sido varios de los factores que explican esta mejora.
En lo que más destaca España es en la competitividad de sus infraestructuras. El estudio analiza en este punto el grado en los recursos básicos, humanos, tecnológicos y científicos que cubren las necesidades de las empresas, por lo que nuestro país se encuentra en el número 26 de este ránking.
